lunes, 21 de mayo de 2018
Esto no es una pipa
La lectura del Apartado 1. Aviso Legal del Libro blanco de Cryptosolartech "Esto no es un contrato" me recuerda el título del famoso cuadro de René Magritte "Esto no es una pipa".
El documento llamado Libro blanco de Cryptosolartech unido a la aceptación (I agree) del Simple Agreement for Future Tokens (SAFT) y a la entrada en el Contrato inteligente (smart contract), previo pago de la compra de participaciones (tokens) en Cryptosolartech S.L. reúne, por triplicado, todas las características de un contrato. Pero de un contrato nulo por el contenido de algunas cláusulas y por haberlo aceptado unos socios sin saber lo que aceptaban.
Las cosas son lo que parecen, y no como la ilustración de este texto o las afirmaciones de los escritos que hemos firmado. Lo que parecía un contrato es un contrato. Por este contrato nos convertimos en socios de una Sociedad Limitada, que como tal emite y reparte unas participaciones (las llame tokens o como quiera llamarlos) y que si esas participaciones cotizan en una Casa de Cambio y pueden venderse a personas, sean socios o no, a cambio de dinero, esas participaciones en realidad son acciones, lo que convierte a los poseedores de esas acciones en propietarios de los bienes de la Sociedad Limitada o Anónima.
La frase, "Este documento no está redactado de acuerdo con, y no está sujeto a las leyes o regulaciones de cualquier jurisdicción que estén diseñadas para proteger a los inversores", ya indica lo que anteriormente he expuesto y estoy seguro habrá puesto en fuga a muy buenos inversores.
Si no está sujeto a las leyes parece indicar que es ilegal, y si a esto añade que "no está sujeto a las leyes o regulaciones de cualquier jurisdicción que estén diseñadas para proteger a los inversores" se puede deducir dos cosas. Primera, que no pueden declararse alegremente fuera de la ley. Segunda, que los inversores no sabían lo que firmaban. Ambas condiciones serían suficientes para declara nulo el contrato, compromiso o como quieran llamarlo.
Muchos inversores, ilusionados por tan atractivo proyecto, aceptaron (I agree) un texto escrito en inglés y que incluso bien traducido no hubieran entendido en todos sus términos.
El artículo 15 del Simple Agreement for Future Tokens (SAFT) dice:
"15.- You expressly agree that the CST Tokens are not “securities”, they are not registered with any government entity as the securities, shall not be considered as such, are not intended to be commodity or any other kind of financial instrument, do not represent any share, stake or security or equivalent rights, including, but not limited to, any right to receive future revenue shares and intellectual property rights".
Que yo me he permitido traducirlo así:
15.- Usted acepta expresamente que los Tokens CST no son valores, no están registrados en ninguna entidad gubernamental como valores, no deberán ser considerados como tales, no están destinados a ser productos básicos o cualquier otro tipo de instrumento financiero, no representan cualquier tipo de acción, participación o valor o derechos equivalentes, incluido, entre otros, cualquier derecho a recibir participaciones de ingresos futuros y derechos de propiedad intelectual.
Que el Libro blanco o Whitepaper, en una manera muy libre, y a veces desafortunada, traduce así:
"En cualquier otro caso, el titular del token no tendrá ningún retorno asociado por poseer tokens. Este producto no es y no se distribuye en ningún caso como moneda virtual, seguridad, producto o cualquier otro tipo de instrumento financiero o como objeto de inversión o especulación, no representa en ningún caso patrimonio o deuda del proyecto, no tiene ninguna expectativa lógica de que los titulares públicos apliquen las leyes de seguridad, no se considera un contrato de inversión".
Pocas veces he visto un párrafo tan confuso y contradictorio.
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