Las funciones del dinero son tres:
- Medio de pago.
- Unidad de cambio.
- Depósito de valor.
- Descentralizado.
- Sin intermediarios.
No era unidad de cambio, pues ningún producto o bien estaba valorado en esta moneda de cotización tan volátil.
El único uso que podía dársele es como depósito de valor dado su carácter deflacionario, es decir, que su valor a largo plazo siempre va aumentando.
También es una moneda descentralizada, pues su valor no depende de ningún Estado, gobierno o Banco Central.
En cuanto a los intermediarios se descubría que en las transferencias a parecían unos misteriosos intermediarios, los mineros, que te cobraban una comisión. ¿Pero estos mineros no vivían de los bitcoin que extraían cada vez que conseguían unir un bloque de transferencias verificadas por ellos a la cadena de bloques?
Y ahora, en lo que va de año 2018, la única característica por la que podía ser apreciado el bitcoin, ser depósito de valor, se ha ido al traste. Después de la gran bajada de enero y febrero su cotización se ha mantenido en una línea horizontal con un volumen de negocio casi nulo. Cada vez se ve más difícil que alcance los 20.000€/BTC a final de año o por lo menos los 17.000€/BTC que alcanzó en diciembre de 2017.
Pero la esperanza es lo último que se pierde.